Icono Milagroso de la madre de
Dios del Portal de Iver
Reseña Histórica:
En el siglo IX el emperador
Bizantino León V el Armenio ordeno una fuerte persecución dirigida contra los iconos y a todos aquellos
cristianos que los veneraban. Cercano a la ciudad de Nicea vivía, junto con su
hijo, una viuda devota que poseía un icono milagroso de la madre de Dios.
Tropas del emperador exigieron dinero de la viuda amenazándola con terribles
castigos por venerar el icono.
Ella logro convencerlos de que
regresaran al otro día pero de todas formas, durante la conversación, uno unos
de los soldados atravesó la imagen con su lanza y del rostro de la Madre de
Dios broto sangre.
Al irse los soldados, la viuda,
implorando a la Madre de Dios, se dirigió a la orilla del mar y descendió el
icono al agua. Asombrada observo la
imagen no cayo, sino que, de pie, se alejó por las aguas hacia el oeste. A su
vez, esta humilde señora pidió a su hijo se dirigiese a Grecia, mientras ella
se preparaba para el martirio por la veneración del icono. Su hijo se dirigió
al monta Athos, donde se hizo monje, permaneció en el lugar donde hoy está el
monasterio de Iveria.
Al transcurrir 200 años, los
monjes del monasterio de Iveria vieron una columna de fuego en el mar que apareció reiteradamente durante
varios días. Los monjes se dirigieron a la orilla y distinguieron a la orilla y
distinguieron el icono de bajo de dicha columna, pero al querer
tomarlo no pudieron, pues el icono se
alejaba cada vez que ellos se acercaban.
En esos días la Madre de Dios se
le apareció en sueños al monje Gabriel (starets del monasterio de Iveria) ordenándole
se dirigiera a la orilla y, caminando con fe sobre el agua, tomara el icono y
lo llevara al monasterio. Así fue como todos los hermanos del monasterio se
dirigieron a la orilla del mar con el padre Gabriel, el cual tomo de las aguas
la santa imagen.
Este icono se encuentra hoy en día
en una capilla construida sobre las puertas del monasterio, luego de la
milagrosa manifestación del padre Gabriel de la madre de Dios, la que le dijo:
“no he venido a ser protegida por vosotros, sino a ser Yo vuestra protectora”.
Es por ello que se construyó
dicha capilla para ubicar el icono, puesto que reiteradas veces la imagen se
trasladó milagrosamente desde el templo a las puertas del monasterio, y se
quedo allí. De ahí su nombre de “Portera”.
En 1854 una gran cantidad de
monjes abandono el Monte Athos (de 40.000 quedaron a penas 1.000 restantes
también quisieron irse, la Madre de Dios se le apareció y les dijo “¿A qué teméis? Todo pasara y la
montaña se llenara nuevamente de monjes, mientras mi imagen se encuentre en el
monasterio de Iveria, cada cual sabrá hacia dónde dirigirse”.
La Iglesia Ortodoxa Rusa en el
extranjero honra a la milagrosa imagen de Iveria que mana miro el día que
comenzó el milagro en la ciudad de Montreal. Esto fue el 11/24 de noviembre de
1982.
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